El músico rosarino es el protagonista de un largometraje, dirigido por el cineasta cubano Juan Pin Vilar, que se llama “La Habana de Fito” y que tuvo problemas para ser visto en la isla caribeña.
“Ya pasaron 64 años, ya está, se terminó. Basta de echarle la culpa al bloqueo norteamericano. Hay que buscar una manera más inteligente para que no siga muriendo gente de hambre ni en el mar”, con esta dura frase, Fito Páez cuestionó al régimen que gobierna Cuba desde 1959, cuando Fidel Castro lideró una revolución que derrocó al gobierno de Fulgencio Batista. Fue luego de quedar envuelto en una controversia a raíz de la censura y manipulación de un documental que lo tiene como protagonista y que generó revuelo entre las autoridades de la isla.
El rosarino es el protagonista de un largometraje, dirigido por el cineasta cubano Juan Pin Vilar, que se llama “La Habana de Fito” y que tuvo problemas para ser visto en la isla: “Estuve totalmente al tanto de lo que pasó con el documental. Primero con la suspensión de las tres proyecciones programadas y de la manipulación cuando se emitió en TV”.
Lo que siguió fueron duras críticas y cuestionamientos al régimen comunista que gobierna la isla desde fines de los años 50. “Sabía que había un poco de ruido [por el documental], pero sin ninguna explicación aparente; que es como funcionan las cosas en Cuba lamentablemente”.
La producción audiovisual en cuestión consta de una serie de entrevistas e imágenes antiguas que cuentan el vínculo de Páez con Cuba desde hace más de cuatro décadas. Tras el anuncio del estreno en la capital cubana, el Ministerio de Cultura prohibió la difusión del documental que, finalmente, salió a la luz en TV abierta, pero con modificaciones que no fueron autorizadas ni por el rosarino ni por el director del film. “Hay una ley en Cuba que no permite hablar en contra del régimen”, contó Páez, que le dijo a su mánager el viceministro de cultura cubano y que, por eso, decidieron no proyectar el documental alterado.
En ese momento, y luego de que ya se conociera la existencia del film, el régimen lo llevó a la TV abierta y con una advertencia: “Hacen la pasada del documental en TV abierta, de un día para el otro, sin tener la autorización de Juan Pin, los derechos musicales y mi permiso para pasarlo. Eso se convierte en una provocación”.
Lo que provocó la reacción del régimen castrista, según contó el rosarino, fueron dos declaraciones suyas que atentarían contra el pensamiento único y oficial que rige en la isla. Además, aseguraron que Fito Páez había sido manipulado por el director del documental para expresar esas críticas.
En concreto, según el argentino, lo que cuestiona el régimen cubano son dos afirmaciones: “Una sobre la muerte de Camilo Cienfuegos [que fue uno de los jefes de la Revolución Cubana y que murió el mismo año del triunfo 1959, en un misterioso accidente aéreo]. En una discusión que yo tengo con la juventud comunista les digo ‘muchachos, tienen que investigar esto’. No podés repetir la letra de todo lo que te dicen si no tenés pruebas empíricas. El otro episodio fueron los tres fusilamientos en 2003 [a balseros], fusilados a los nueve días de ser detenidos. Yo me pronuncio contra la pena de muerte, no le tengo que pedir permiso a nadie”.
Para tratar de evitar que el conflicto escalara y trascendiera de la isla, las autoridades dijeron que el artista rosarino era “un amigo de Cuba”. Sin embargo, Páez no se quedó callado y respondió: “Yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano. Considerarme una persona manipulable habla de lo poco que me conocen y es una falta de respeto. Aquí Juan Pin no ejerció ninguna manipulación porque yo no soy manipulable y tengo mis ideas clarísimas y puedo tener los cuestionamientos que quiera respecto de lo que sea”.
Fue en ese contexto que lanzó la crítica más dura contra el régimen: “Ya pasaron 64 años, caballeros. Ya está, ya se terminó. Basta de echarle la culpa al bloqueo norteamericano. Hay que buscar otras formas, una manera más inteligente para que no siga muriendo gente de hambre ni en el mar. A veces los sistemas fracasan y uno queda atrapado en una enredadera. No vale la pena una sola vida humana para que nadie sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba, pero la burocracia cubana, no es Cuba. ¿En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? Eso no ha sido más que vanidad y sangre derramada en la historia, nada más”.
Al enojo de Páez se sumaron las críticas y la firma de un documento por parte de cineastas y actores cubanos que ya supera las 600 adhesiones.
LA NACION
Foto.- Portada – Francisco Delgado
Fuente.- https://www.lanacion.com.ar