Como una reacción ante las subas de precios que están teniendo lugar luego de la devaluación del peso en el mercado formal y la presión sobre los tipos de cambio paralelos, el Gobierno había dejado trascender la intención de impedir ventas al exterior.
Ante la escalada de precios minoristas que generó la devaluación del 18% que aplicó el Banco Central (BCRA) al dólar mayorista y la disparada del dólar libre, el Gobierno amenazó con suspender las exportaciones de carne vacuna en un intento por moderar sus aumentos en el mercado interno. Mientras se sentaban en la mesa de negociaciones con los frigoríficos del sector, se lanzó la posibilidad de frenar las ventas al exterior a cambio de concesiones en materia de precios. En ese contexto, el secretario de Agricultura Juan José Bahillo salió aclarar que seguirán negociando “sin suspensiones a la exportación de carnes”.
Esta tarde se conocerá el índice de precios al consumidor de junio que publica el Indec. El dato, que mostrará movimientos de precios previos al cimbronazo que sufrió el mercado tras la victoria de Javier Milei en las PASO del domingo pasado, describirá un entorno inflacionario caliente pero todavía libre del impacto electoral y de la devaluación que decidió este lunes el ministro de Economía, Sergio Massa.
Pero el dato va a quedar viejo en comparación con los movimientos que se dieron en los comercios en las últimas horas. Las remarcaciones, luego de los saltos del dólar oficial y el paralelo, están a la orden el día con la típica salida temporal del mercado de proveedores que esperan cierta estabilización antes de rehacer sus listas de precios.
En ese contexto, el Gobierno decidió blandir una medida muy impopular entre los productores agropecuarios, frigoríficos y toda la cadena cárnica. Con la idea de evitar que compitan los precios internacionales con los del mercado interno, puso sobre la mesa el cierre de la venta al exterior.
Fuentes oficiales admitieron que habían detectado un aumento importante en los precios al consumidor. Y que el objetivo es contener los valores en los mostradores.
“La medida se tomó a la espera de un acuerdo de precios con el consorcio de frigoríficos”, detallaron desde cerca de Guillermo Michel, titular de la Aduana y hombre de confianza de Massa, que tomó un rol protagónico en las negociaciones de precios.
“Sin acuerdo, no habrá permisos de exportación”, agregaron.
Más tarde, Bahillo salió a poner paños fríos. “Nuestra responsabilidad como funcionarios públicos es llevar certidumbre a los sectores productivos y tranquilidad a la gente. Desde Economía estamos negociando los precios de carnes para el mercado interno y no hay suspensiones a la exportación de carnes”, dijo en su cuenta de Twitter.
Desde la cadena de la carne respondieron con sorpresa al anuncio. Los empresarios del sector aseguran que se enteraron de la posibilidad por los medios y lo interpretan como una amenaza en medio de una negociación.
La cadena de la carne tiene vigente un acuerdo de precios hasta fin de año. A mediados de cada mes, en el marco de ese acuerdo, el Gobierno y los frigoríficos negocian aumentos que vienen siendo del orden del 5% mensual. Pero ante la suba del dólar y el arrastre a precios, esta vez pretenden un ajuste mayor. Del orden del 15 por ciento. Y es claro que en el Ejecutivo no quieren saber nada de ello.
Estaba previsto un encuentro entre las partes en las próximas horas y, con la amenaza de un cierre a las ventas al exterior, los empresarios entienden que Economía busca conseguir una suba menor.
Fuente.- https://www.infobae.com