El equipo de La Florida cayó por 2 a 1 como local y no pudo sumar el segundo título de su historia. Dorsey y Bassi, de penal, marcaron lo goles; en el final descontó Josef Martínez.
Inter Miami extrañó de más la magia de Lionel Messi, quien por su lesión ni siquiera pudo ir al banco, y cayó por 2 a 1 con Houston Dynamo como local en la final de la US Open Cup. Por ahora, La Leagues Cup obtenida en Agosto pasado se mantiene como el único trofeo en la vitrina de Las Garzas.
En el primer tiempo, el conjunto de Ben Olsen salió con todo y logró dominar al local desde el inicio, primero sin puntería y después acertando para lograr una merecida ventaja. Drake Callender se vistió de héroe dos veces ante Nelson Quiñones y otra ante Corey Baird. Pero a los 23 minutos no pudo hacer nada cuando en un veloz contragolpe Artur habilitó a la derecha al lateral Griffin Dorsey y éste lo ajustició con un sablazo alto al segundo palo.
En una vorágine en favor visitante, DeAndre Yedlin se llevó puesto en el área al imparable Quiñones y cometió un penal que a los 32 Amine Bassi convirtió disparando bajo y al medio. Después, Héctor Herrera se perdió el tercero.
Lo mejor de los de Gerardo Martino llegaría en el inicio del complemento, con una actitud renovada con los ingresos de Dixon Arroyo y, sobre todo, de Josef Martínez. En su momento, lo rosados amenazaron con el venezolano que peinó un balón que se fue muy cerca y Andrew Tarbell tuvo trabajo ante Benjamín Cremaschi. Pero el anfitrión no lo aprovechó y volvió a emparejar su rival, que incluso marcó otro tanto con Quiñones anulado vía VAR por una falta previa.
Ya no hubo más sensación inminente de que los del Tata coquetearan con el descuento, pero aún así lograron ese gol que les dio cinco minutos de descuento de vida. Facundo Farías asistió a la izquierda a Josef y éste definió por entre las piernas de Tarbell a los 46. El cierre tuvo entonces su buena cuota de emotividad, la última chance fue de Farías sin suerte y no hubo tiempo para más. Título merecido para Houston Dynamo que fue demasiado para un Inter sin el ángel de Messi.
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