La planta de calzados Arsenio, ubicada en el Municipio misionero de Puerto Rico, recibió días atrás la visita del Presidente de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), Ing. Sebastián Macias. Durante el recorrido por la fábrica, Macias destacó el rol estratégico de esta industria familiar.
La visita dejó en evidencia el compromiso del Estado con el impulso a la industria misionera, especialmente a aquellas empresas que logran trascender a fuerza de innovación, historia y perseverancia.
Una de esas empresas es Arsenio, marca creada por Don Mario Simón, referente del rubro del calzado de seguridad en la región. Con más de tres décadas de trayectoria, la empresa misionera se posiciona hoy entre las cinco firmas más calificadas del país en este rubro, abasteciendo provincias como; Mendoza, Chaco, Corrientes, Formosa, Santa Fe y, por supuesto, Misiones.

La historia de Arsenio
“Mis abuelos comenzaron en 1919, tratando el cuero a la orilla de una vertiente en el centro de Puerto Rico”, recuerda Don Mario. Aquellos primeros pasos con métodos rudimentarios, heredados de Europa, marcaron el inicio de una tradición que atravesó generaciones.
Con el tiempo, y ante los cambios del mercado, su padre debió abandonar el rubro del cuero para dedicarse al tabaco. “Vivíamos en la extrema pobreza”, reconoce Mario, sin dramatismo pero con la honestidad que caracteriza a los pioneros.
A pesar de los obstáculos, su familia no abandonó el oficio. El padre de Mario volvió al tratamiento del cuero, fabricando vainas de cuchillos y collares para perros.

Así, lentamente, comenzaron a reinsertarse en el mercado. En 1983, un giro inesperado marcó un antes y un después en la historia del emprendimiento: “Un empresario brasilero nos regaló unos moldes para fabricar calzados”, relata.
Fue entonces que, junto a su hermana Marta, comenzaron a confeccionar zapatos a mano. “Los primeros modelos se despegaban, pero los fuimos perfeccionando”, confiesa con una sonrisa.
En los años ’90, la apertura de las importaciones representó un nuevo golpe. “No podíamos competir con el calzado chino”, afirma. Fue entonces cuando, tras investigar, descubrieron que la producción de calzado de seguridad estaba protegida.
“Decidimos enfocarnos ahí y empezamos a capacitarnos”, señala. Esa decisión fue clave: hoy Arsenio fabrica con tecnología de punta, incluyendo una inyectora de la que existen solo cinco similares en Argentina.

Una industria en expansión
Marta, quien también es copropietaria, recuerda aquellos años con humor y nostalgia. “Llamábamos a los proveedores con moneditas, y se cortaba la llamada en medio de la charla”, comenta entre risas. Aun así, lograron crecer con recursos limitados, arreglando maquinaria en mal estado, invirtiendo las ganancias en infraestructura y apostando siempre a la mejora continua.
Hoy, Arsenio emplea a decenas de familias en Puerto Rico y continúa expandiendo su alcance. Sus productos están diseñados para responder a las exigencias del entorno laboral moderno, con materiales de alta calidad, rigurosos controles de producción y una fuerte apuesta por la investigación y el desarrollo.
“Nuestra historia es muy linda, pero con muchos sacrificios”, resume Esteban, otro de los integrantes de la familia que hoy lleva adelante la empresa.
Y es que, como tantas industrias misioneras, Arsenio nació del esfuerzo, la creatividad y una visión clara de futuro. Una visión que sigue en marcha, ahora acompañada por el apoyo institucional y el reconocimiento de toda una provincia de Misiones.
Fotos.- Matías-Bidegain
Fuente.- https://www.canal12misiones.com