Con avances concretos en soluciones biológicas, Novonesis cerró el año enfocada en acompañar la evolución de los sistemas productivos hacia modelos más eficientes, sustentables y basados en procesos naturales, en sintonía con las demandas actuales de la agricultura argentina.
 
De cara a un nuevo año, uno de los principales hitos que nos deja esta campaña es la coinoculación. Se trata de una técnica ampliamente difundida en mercados cercanos como Brasil y que, en el contexto local, gana protagonismo por sus beneficios comprobados tanto en términos de rendimiento como de sostenibilidad. La posibilidad de lograr la convivencia estable de dos microorganismos en una única formulación representa un avance relevante en biotecnología aplicada al manejo de cultivos, con impactos productivos y biológicos que van más allá del rinde.

La integración de cepas de Bradyrhizobium y Azospirillum en una misma solución, materializada en desarrollos como Nitragin® Genesis para soja y Nitragin® Fusion Pro para maní, promueve una mayor biomasa radicular, con raíces más largas y activas, incrementa la nodulación y fortalece la fijación biológica de nitrógeno. Este mayor desarrollo del sistema radicular favorece, además de la absorción de agua y nutrientes, la incorporación de materia orgánica y una microbiología del suelo más activa, aspectos clave para la sustentabilidad de los sistemas productivos.

En paralelo a los avances biológicos, Novonesis trabajó en dar respuesta a las necesidades del productor y del distribuidor, alineando la innovación tecnológica con el pulso real de la campaña agrícola. En este marco se inscriben soluciones como Nitragin® Seed Pro, orientadas al tratamiento profesional de semillas, que aportan previsibilidad, eficiencia operativa y calidad en una etapa crítica del proceso productivo.

Los beneficios asociados a este tipo de tratamiento — como la uniformidad, la mejor fluidez del simiente y un mayor control del proceso — se potencian a partir de la evolución hacia formulaciones líquidas, que facilitan la aplicación y agilizan las operaciones.

Este cambio en la forma de presentación permite tratar grandes volúmenes de manera continua y con anticipación a la siembra, cuidando un insumo estratégico clave para una correcta implantación del cultivo de soja.

La posibilidad de realizar preinoculados con estabilidad y con una semilla que mantiene buenas condiciones físicas aporta flexibilidad al manejo y se adapta a la dinámica de campañas cada vez más ajustadas en términos de tiempos y logística.

“Estos desarrollos reflejan nuestra visión de una agricultura basada en procesos biológicos, donde la innovación se traduce en beneficios medibles tanto a nivel productivo como operativo, sin perder de vista la salud del suelo y la eficiencia del sistema”, señaló Gisela Santella, gerente de Desarrollo y Servicio Técnico de Novonesis.

Con este enfoque integrado, Novonesis cerró el año reafirmando su compromiso con una agricultura que combina biología, tecnología y conocimiento aplicado, ofreciendo soluciones que responden a los desafíos productivos actuales y que sientan las bases para sistemas más eficientes y sustentables a largo plazo.


Créditos.- Micaela Sierra Pino