Se observan buenos resultados en la iniciativa del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) de promover la implantación de árboles nativos en plantaciones de yerba mate para mitigar los efectos del cambio climático.
A través del Servicio de Extensión Yerbatero (SEY), el INYM, en convenio con la Fundación Agroecológica Iguazú y la Fundación Hora de Obrar, viene impulsando la incorporación de árboles nativos en las plantaciones de yerba mate desde el año 2021 en toda la zona productora (Misiones y norte de Corrientes). A modo de ejemplo, ya fueron entregados y plantados 10.000 plantines en más de 100 chacras ubicadas en Andresito y Wanda.
El ingeniero Máximo Petruk Nowosad, integrante del SEY, explicó que “los plantines acercados a los productores son de diversas especies nativas, como anchico, cañafístola, timbo, loro negro, lapachos y frutales”. Señaló que fueron incorporados a los yerbales “con diferentes diseños de plantación, ya sea por medio de interplantación dentro de los lotes de yerba mate como así también en forma de cortinas y en áreas de recuperación como vertientes”.
La iniciativa es monitoreada por los integrantes del SEY para garantizar su éxito. Una de las acciones en ese sentido es verificar el ritmo de crecimiento de cada uno de los árboles implantados. “Algunas mediciones realizadas en experiencias de productores de la zona norte, en Andresito y Wanda, nos sorprendieron gratamente, ya que el desarrollo de especies como el loro negro, la cañafístola y el timbó, va de los 3 metros hasta los 7 metros de altura en plantas de 3 años, a las cuales ya se le comienzan a hacer tareas silviculturales, como la poda”, detalló Nowosad.
En paralelo, se destaca que “una de las problemáticas observadas para el desarrollo de las plantas es el ataque de hormigas, lo cual requiere manejo para evitar la mortandad de los plantines tanto en la etapa inicial como en los posteriores años”, y en la misma línea, “la ocurrencia de sequias y de heladas que afectaron a varios productores “. No obstante, indicó Nowosad, “el balance en general es positivo y alentador”.
¿Qué beneficios le trae al productor esta práctica? “Asociar árboles a la yerba mate tiene muchos aspectos positivos: se genera un sistema más diverso y equilibrado, lo que redunda en un mejor desarrollo del cultivo y en un ambiente más estable ante situaciones climáticas adversas; los árboles actúan como barrera ante las temperaturas extremas y el viento, evitando la perdida de humedad de las plantas y el suelo en verano, y protegiendo contra las heladas en invierno”, contestó Nowosad.
A su vez, continuó, “cumplen funciones de atracción de diferentes insectos y pájaros, que son fundamentales para el manejo integrado de plagas; y posibilitan la recuperación de zonas frágiles como son los márgenes de arroyos y, la protección de vertientes”. También “mejoran la fertilidad del suelo por medio del reciclado de nutrientes y de la fijación biológica de nitrógeno, al igual que las cubiertas verdes de leguminosas, y ayudando a la infiltración de agua, ya que amortiguan el golpe de las gotas de lluvia, lo que permiten mejorar la entrada del agua al suelo”.