En la Reunión Latinoamericana de Rizobiología (RELAR) se expuso cómo la investigación científica, cuando se orienta a resolver problemas concretos del productor, puede derivar en una herramienta práctica, simple de aplicar y con impacto real en la productividad y la sustentabilidad del sistema agrícola.
 
Con una mirada puesta en transformar conocimiento científico en soluciones concretas para el productor, la empresa de biosoluciones Novonesis presentó durante la XXXII Reunión Latinoamericana de Rizobiología (RELAR) cómo la tecnología y la investigación pueden traducirse en desarrollos aplicables en el campo, diseñados específicamente para responder a las necesidades reales, en esta oportunidad, de la producción sojera.

El eje se centró en mostrar cómo cada innovación implica años de investigación, validaciones a campo y desarrollo tecnológico orientado a generar impacto productivo. En este caso, la ciencia se expresa en una solución basada en la técnica de coinoculación, una herramienta validada académicamente pero, esta vez, integrando en un mismo inoculante dos microorganismos ampliamente probados: Azospirillum y Bradyrhizobium. Lejos de ser una formulación teórica, se trata de un desarrollo adaptado a las condiciones productivas del productor, pensado para facilitar el manejo y asegurar resultados desde la siembra.

La sinergia entre ambos microorganismos es la clave del desarrollo. Azospirillum argentinense estimula una mayor extensión del sistema radicular, promoviendo la formación de más raíces laterales y un mejor desarrollo de la raíz principal. Esta mayor biomasa radicular no solo incrementa la capacidad del cultivo para absorber agua y nutrientes, sino que también crea mejores condiciones para la nodulación de Bradyrhizobium japonicum B. en la raíz principal, potenciando la fijación biológica de nitrógeno y el aporte nutricional al cultivo desde etapas tempranas. La expositora Gisela Santella, Gerente de desarrollo de productos biológicos y del Servicio técnico de Novonesis, destacó aumentos promedio de rendimiento del 7 % respecto a la inoculación tradicional.

El desarrollo de Nitragin GENESIS tiene además un impacto directo en la salud del suelo. Un sistema radicular más activo favorece el aumento de la materia orgánica, incrementa la actividad biológica y contribuye a una mejor estructura, aspectos claves para sostener la productividad en el tiempo. De esta manera, la biotecnología no solo mejora el rendimiento del cultivo, sino que también actúa sobre el sistema productivo de forma integral.

La propuesta de Novonesis deja en claro que la innovación cobra verdadero valor cuando llega al lote. “Con Nitragin GENESIS, la coinoculación pasa del laboratorio al campo. Es un avance que refleja nuestro compromiso con una agricultura más eficiente y sustentable”, concluyó Santella. 


 

Créditos.- Micaela Sierra Pino