Más de 2500 agentes policiales participaron en un despliegue para frenar la expansión de la principal organización criminal del estado;


 hay cuatro agentes entre las víctimas.

 

Río de Janeiro vivió este martes una jornada de violencia extrema, con escenas que las autoridades describieron como “de guerra” y un saldo que ya alcanzó los 64 muertos -según el gobierno de Río de Janeiro-, en “el mayor operativo policial” de su historia, que tuvo como objetivo al Comando Vermelho, la principal organización criminal del estado.

El amplio operativo de la Policía Civil y Militar en los complejos de favelas Penha y Alemão, en la zona norte de Río, dejó cuatro agentes muertos y ocho heridos la mañana de este martes. Según la Policía Civil, 60 sospechosos fueron abatidos. Cuatro civiles también recibieron disparos. 

El objetivo del operativo, que contó con un despliegue de 2500 agentes, era ejecutar órdenes de arresto contra miembros del Comando Vermelho (CV) que se esconden en los dos complejos de favelas identificados por la investigación como bases para el proyecto de expansión territorial del grupo.


El despliegue comenzó de madrugada. Fuerzas policiales irrumpieron a bordo de 32 vehículos blindados, apoyados por dos helicópteros y varios drones. Varias decenas de policías fuertemente armados ingresaron a la favela Vila Cruzeiro y se llevaron varios hombres detenidos, en su mayoría descalzos y sin remera.


Tensión política

 

El Gobernador Cláudio Castro, aliado político del expresidente Jair Bolsonaro, anunció el operativo en redes sociales y afirmó: “Nos mantenemos firmes frente al narcoterrorismo”.


Según el funcionario, la policía decomisó “una gran cantidad de droga” y aseguró que la ofensiva busca “combatir la expansión territorial” del CV. “Lamentablemente, las muertes también han afectado a nuestros policías”, reconoció Castro, sin precisar el número de agentes fallecidos.

El mandatario estatal calificó la operación como “una acción de defensa del Estado”, y reclamó apoyo del gobierno federal y de las Fuerzas Armadas, después de denunciar que sus pedidos de asistencia con vehículos blindados de la Marina y el Ejército fueron rechazados en tres ocasiones. Castro remarcó que es necesaria la intervención del gobierno federal, incluyendo la posibilidad de desplegar las Fuerzas Armadas. 


En respuesta, miembros del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva sugirieron que las declaraciones del gobernador de Río, culpando la falta de apoyo federal por la crisis de seguridad, son en realidad una maniobra política de Castro antes de las elecciones del próximo año.


La zona norte de Río, en vilo

A solo días de que la ciudad brasileña reciba importantes eventos relacionados con la cumbre mundial sobre el clima de la COP30, el operativo mantiene en vilo a toda la zona norte de la ciudad. Ráfagas de disparos se escucharon desde la madrugada, los comercios permanecen cerrados y más de 200.000 residentes están afectados por la suspensión de clases, desvíos de transporte público y el cierre temporal de centros de salud, informó la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.

Las autoridades advirtieron que los batallones permanecen en estado de alerta ante posibles represalias de las bandas criminales.

Las bandas criminales bloquean ahora varias calles de las zonas nortes y suroeste de Río en respuesta al megaoperativo. Seis autobuses fueron secuestrados y utilizados como barricadas, y veinte líneas de transporte debieron ser desviadas, según informó el sindicato Río Onibus. “La movilidad urbana se encuentra afectada en numerosos sectores de la ciudad”, indicó un comunicado.

En las redes sociales, vecinos de las comunidades de Penha y Alemão compartieron videos de columnas de humo, colectivos incendiados y tiroteos continuos. 

Los narcotraficantes, según la policía, utilizaron drones para lanzar granadas contra los equipos del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) y del Comando de Recursos Especiales (Core), en una táctica que el gobernador calificó de “narcoterrorismo”.

Las universidades UFRJ y UERJ suspendieron las clases, mientras que 46 escuelas municipales y cinco centros de salud cerraron por seguridad.

Entre los detenidos se encuentran Thiago do Nascimento Mendes (“Belão do Quitungo”) y el operador financiero de Edgard Alves de Andrade (“Doca”), identificados como líderes del Comando Vermelho. Ambos eran buscados por la justicia en el marco de una investigación de más de un año que emitió 51 órdenes de captura y 67 acusaciones de conspiración para el narcotráfico, además de tres cargos por tortura.

Mientras tanto, los drones de la policía siguen sobrevolando Penha y Alemão, y la población continúa atrapada entre las balas y la incertidumbre de un conflicto que parece no tener fin.


Las autoridades reconocen que la magnitud de la operación supera la de 2010, cuando policías y militares retomaron el control de esa misma zona tras enfrentamientos que dejaron más de treinta muertos. Pese a la escala de la intervención, organizaciones de derechos humanos criticaron la violencia y la falta de transparencia en las cifras. “Exigiremos explicaciones sobre las circunstancias de esta acción, que convirtió nuevamente a las favelas de Río en escenario de guerra y barbarie”, dijo la diputada Dani Monteiro, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa.

La corte suprema de Brasil impuso en 2020 algunas restricciones a los operativos en las favelas, como limitar el uso de helicópteros y las acciones en áreas próximas a escuelas o centros de salud. Estas medidas fueron levantadas este año por decisión del mismo organismo.

Según datos oficiales, unas 700 personas murieron en intervenciones policiales en Río de Janeiro durante 2024, un promedio de casi dos por día. 

 

Agencias AFP y Reuters y diario O Globo

LA NACION

 

Foto.- Portada - Jose Lucena - TheNEWS2 via ZUMA Press Wire - La policía lleva a cabo una operación a gran escala en las favelas de Alemao y el distrito de Penha, en el norte de la ciudad 

 

Fuente.- https://www.lanacion.com.ar/