Los hábitos intestinales son indicativos de cómo se encuentra nuestro organismo, revela un estudio.
La frecuencia con la que una persona al baño a defecar puede ser clave para descubrir nuestro estado de salud general. Así lo demuestra un estudio del Institute for Systems Biology (ISB) de Washington (Estados Unidos) tras analizar los hábitos intestinales de 1.425 personas. Los resultados exponen que quienes evacúan una o dos veces al día están, por lo general, más sanos.
El estudio fue publicado en la revista Cell Reports Medicine y subraya que tanto defecar con demasiada frecuencia como hacerlo muy pocas veces se asocia a diferentes problemas de salud. Quienes lo hacen entre un par de veces al día se ubican en la llamada zona Goldilocks de la frecuencia intestinal, considerada la marca de un intestino sano y una microbiota intestinal floreciente.
“Este estudio muestra cómo la frecuencia de los movimientos intestinales puede influir en todos los sistemas del cuerpo y cómo una frecuencia aberrante de movimientos intestinales puede ser un factor de riesgo importante en el desarrollo de enfermedades crónicas”, afirma el microbiólogo del ISB Sean Gibbons, autor del estudio. Estos hallazgos “podrían servir para diseñar estrategias de gestión de la frecuencia intestinal, incluso en personas sanas, con el objetivo de optimizar la salud y el bienestar”.
La investigación se ha centrado en personas “generalmente sanas”, es decir, sin antecedentes de enfermedades renales ni trastornos intestinales como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad de Crohn. Los participantes han informado de forma voluntaria sobre la frecuencia de sus deposiciones, y los investigadores los han clasificado en cuatro grupos: estreñimiento (una o dos veces por semana), frecuencia baja-normal (de tres a seis veces por semana), frecuencia alta-normal (de una a tres veces al día) y diarrea (cuatro o más deposiciones líquidas al día).
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Más fibra, más agua y más ejercicio para defecar mejor.
En las muestras de heces de quienes han presentado diarrea, se han detectado bacterias típicas del tracto gastrointestinal superior, mientras que los análisis de sangre han revelado biomarcadores asociados a daño hepático. Por otro lado, las personas con deposiciones poco frecuentes han mostrado una mayor presencia de bacterias relacionadas con la fermentación de proteínas, un fenómeno conocido por su asociación con el estreñimiento.
El equipo de investigación ha sugerido que estos resultados podrían constituir una evidencia de la relación causal entre la frecuencia de las deposiciones y la salud general. Además, han señalado que es posible modificar los hábitos y, con ello, mejorar el estado de salud.
Las personas que se han situado en la “zona Goldilocks” han declarado consumir más fibra, beber más agua y realizar ejercicio con mayor frecuencia. Sus muestras de heces también han mostrado una abundancia de bacterias asociadas a la fermentación de la fibra.
Según estudios anteriores, quienes tienen una gran cantidad de microbios productores de metano en el intestino son especialmente eficaces en la conversión de fibra dietética en ácidos grasos de cadena corta. Esto sugiere que tanto la cantidad de fibra como la composición específica de la microbiota intestinal son factores determinantes, lo que explicaría por qué dos personas con la misma dieta pueden experimentar resultados de salud diferentes.
Por C. Amanda Osuna

Graduada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster en Periodismo Internacional por la Universidad Rey Juan Carlos. Escribo sobre Salud en Infobae España, con interés en la geopolítica, la Historia y la seguridad sanitaria. Autora de la novela 'Desde mi trinchera' y del podcast 'Pangea'. Antes estuve en Canal Sur, Cadena SER y LISA News.
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